Riportiamo di seguito l’ampio articolo che El Oriente, la newsletter della Gran Loggia di Spagna dedica nell’ultimo numero (457) alla Gran Loggia del Grande Oriente d’Itala “Fratelli in viaggio per riveder le stelle” che si è tenuta a Rimini lo scorso 1 e 2 ottobre e all’allocuzione del Gran Maestro Stefano Bisi. El Gran Maestro de la Masonería Italiana remarca los paralelismos entre la Divina Comedia y la iniciación masónica |
“Contempla la doctrina que se oculta bajo el velo de extraños versos“. En el 700 aniversario de la muerte de Dante Alighieri, el Gran Maestro del Grande Oriente de Italia, el Muy Respetable Hermano Stefano Bisi, ha querido recordar los versos eternos de la Divina Comedia en la cumbre anual de la Masonería Italiana, que ha reunido a más de 3.400 hermanos de 870 Respetables Logias repartidas por la península. “Nos encontramos ante un verdadero viaje de sentido iniciático, porque Dante fue ciertamente un iniciado, cuyo genio aún ilumina y asombra a quienes leen los tercetos de su magistral Comedia“, explicó el Gran Maestro, que desgranó los paralelismos entre la obra inmortal del florentino y el viaje masónico en su alocución. |
“Hay una cosa que une inmediatamente a Dante y al picapedrero, el futuro aprendiz masón que decide cambiar su vida y comenzar el viaje espiritual de elevación y ascenso. Se describe en el primer verso del primer terceto del Canto I del Infierno, que dice así: ‘En medio del viaje de nuestra vida me encontré en un bosque oscuro, pues el camino recto se perdió’. Es el hombre que, llegado a cierto punto de su vida, se plantea preguntas existenciales, dándose cuenta de que ha caído en un bosque oscuro y que debe a toda costa iniciar un nuevo viaje para encontrar el camino correcto. Y así, habiendo abandonado los metales, como decimos los masones, hay que descender al interior de uno mismo y comenzar la larga y difícil ascensión desde abajo hacia la cima de la montaña representada por el Paraíso y la Luz Divina del Gran Arquitecto del Universo. El del infierno, el descenso a las entrañas más oscuras y salvajes del instinto humano, es el camino más difícil y está lleno de trampas y vicios. Los masones, que trabajamos siempre y sin descanso, sabemos muy bien lo empinado y duro que es el camino que tenemos que recorrer cada día para pulir nuestra piedra hasta hacerla cúbica, desbastándola de todo egoísmo, vicio, maldad, oportunismo, de esos malos compañeros que llamamos ignorancia, fanatismo y ambición sin límites“, explica. |
Conocer y superar nuestro infierno interior es el primer trabajo de Dante y del masón para seguir el viaje en el Purgatorio. “Para la Masonería es el segundo grado, el del Compañero del Arte, donde hay que desarrollar la intuición, liberarse de las concepciones del plano horizontal y conquistar la Libertad en todas sus formas. Esto es lo que escribe Dante en el Primer Canto del Purgatorio: ‘Para recorrer mejores aguas, la nave de mi intelecto, que deja atrás un mar tan cruel, levanta ahora sus velas; y cantaré ese segundo reino donde el espíritu humano se purga y se hace digno de subir al cielo’. La gran tarea, a través de una larga fase de pasajes cruciales, consiste en dominar los aspectos materiales inferiores a fin de estar preparados para la manifestación de los superiores y ascender así al Paraíso”, añade. |
Superado el Purgatorio, arranca el camino del maestro masón. “Ha unido finalmente el poder temporal y el espiritual, ha obtenido la plena conciencia de sus cualidades interiores y es capaz, con sabiduría y gracias a la Luz divina ya alcanzada, de escuchar, comprender y no estar ya condicionado por ningún vicio ligado a la materialidad“, explica el Gran Maestro. “Partiendo del octavo cielo de las estrellas fijas, Dante, ya un hombre nuevo y transformado. Cada vez más enriquecido por la Luz, llega a la consecución en el dominio de sí mismo, de esa visión divina que anhela desde el principio. De este modo, el hombre Dante se convierte en parte del movimiento circular divino”, concluye. |